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Recopilación de textos públicados en la revista "Superlópez" a partir del número 41, en 1988 |
En el número anterior te contaba cómo se realiza el color de las historietas... ¿No es así...? Creo que a pesar no ser exhaustivo, dejé la cosa clara como el agua de Vichy. No me hagas repetir!
Sin embargo me parece que, a pesar de todo, más de uno se habrá quedado soñando todavía en maravillosos productos y modernas y sofisticadas técnicas, que las hay, eso sí, a qué negarlo. Si me diera por echar mano del Aerograf... (Qué desastre, vamos) tendrías que conformarte con dos páginas por número de Superlópez y yo tendría que bañarme tres veces al día. A mi compañera no le gustan los maridos de colores. Pero me estoy yendo por los cerros de Ubeda (que no sé dónde están). Eso de las modernas y sofisticadas técnicas distrae del duro y verdadero camino real, cosa mala. No voy a repetirme diciendo aquello de que hay que mirar, escuchar, observar y dibujar; mirar, escuchar, observar y dibujar, mirar, esc... Caray, ya lo he repetido. Nada, cosas mías. Es como si te dieran una moto Honda sin haber aprendido a usarla... Mejor coge una bicicleta primero y harás felices a tus padres. Cosas... No sé qué filósofo de la antigua Grecia dijo aquello de que más valía un hecho que cien palabras y me han venido camiones de ganas de demostrar que se puede hacer una página de cómic usando exclusivamente materiales de tipo escolar, y de lo más sencillo y clásico. Debo confesar que me ha costado el mismo trabajo y tiempo que con mis herramientas habituales y que me lo pasé pipa y, pum..., me quedé tan descansado después del antojo. Eso sí, tuve que regalarle un puro al director para que me la aceptase. Ahí queda eso.
¿Convencido...? ¡Ánimo pues y al toro! Yo a mis cosas...
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