Semblanza
de un autor cansado...
Empece
a trabajar en 1955, con 15 años, en una pequeña fabrica
de insignias y placas de metal, pasando al
año siguiente a los Estudios Macián de dibujos animados
en Barcelona, y apenas algunas incursiones en la historieta para la
revista "Yumbo" de Gerpla.
A
finales de 1959 marche a Cuba donde entré en la
Televisión Cubana y en el Instituto Cubano de Arte e Industria
Cinematográficos (CAIC) como técnico asesor de
animación y animador respectivamente.
Había
cierto interés en potenciar el cómic e ir sustituyendo
los que hubo en boga anteriormente y que provenían de USA y me
propusieron colaborar en ello con una revista de la juventud (Semanario
Mella) y en otra infantil, El
Pionero.
Más
tarde vinieron otras más parecidas a los cómics books
y también trabaje en suplementos de diarios. Supongo que en
los diez años que pase ahí me consolide en esta actividad.
De
vuelta a España con sólo una maleta medio vacia, dos
niños y mujer, tenía que recomenzar desde cero y
colaboré inicialmente en la Editorial Bruguera ilustrando
cuentos y páginas de cómics al gusto de la casa, como
Doroteo, Felipe Gafe, Don
Viriato... incluso cuentos
infantiles de tipo comercial, hasta he
tenido que dibujar Mortadelo & Filemón y Zipi Zape en
troquelados y cuadernos para pintar, El Oso Yogi, Heidi, Marco, Nello
y Aroa, cuentos de Asterik y Obelik, etc... no podía escoger.
Naturalmente he hecho otras cosas más satisfactorias, por ejemplo:
Y
claro, desde 1978 el eterno "Superlópez".
¡Que plomazo!
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