Página 13, viñetas 4 y 6 ¿Está o no está más delgada que nunca? 
El album tiene un dibujo un poco rápido, algunas expresiones están un poco descuidadas de vez en cuando, pero el color por ordenador es muy bonito, de los mejores.
El tono costumbrista es lo que más me gustó, así como el regreso de Martha y Chico en un conflicto un poco repetitivo pero que introduce personajes nuevos y curiosos. No entiendo porque Copon Nevat hace las paces al final porque bestias como ese nunca entran en razón, pero bueno...
El problema de los botellones está bien reflejado y la jerga de los juerguistas está bien, aunque haya tenido que poner por dos veces hijoputa en un tebeo que pueden leer niños.
El asunto del vino adulterado también está bien pensado.
Lo de las alucinaciones es interesante, también lo era en Un camello se subió a un tranvía, pero aquí aunque consigue un efecto humorístico el rato que sale, me parece que queda un poco aislado al mostrarse sólo una vez los efectos de las pastillas.
El tema de que Luisa y Jaime vuelvan a dudar de si Juan es López o Superlópez no me convence , se resuelve rápido y, vaya, ya es que parecen tontos de no darse cuenta con tantas veces que lo han sospechado.
Otra cosa que últimamente no me entusiasma en exceso es la profusión de personajes de otras razas. Vale que la inmigración es una realidad social, pero es que algunos personajes como Ahmed tienen poca personalidad y parece que salen por corrección política.
Pero bueno, en general, me lo pasé mejor que con otros albumes de similar calidad como El dios del bit. Quizá El dios del bit parece mejor por el tema que trata, aunque a mi casi me ha gustado más este, el lado "realista" de la trama está bien retratado, aunque no incluya grandes aventuras.<br>---<br><!-- EndUnderlineMarker --><!-- EndContentMarker -->