pablo escribió:Los Daleks no son armatostes con forma de salero, son nazis. Metáfora obvia, llevan el "brazo" en alto, llevan el ojo/linterna en alto.
Seguro que eso de los nazis estará escrito, porque además siempre toca... pero a mí me parecen lavadoras de los años 50. Me veo a un inglés haciendo el cachondeo cuando la lavadora centrifuga y se mueve: "aaah, la rebelión de las máquinas".
pablo escribió:Es una serie llena de significados
Evidentemente... ahora quedará mal que ponga lo de Santiago Valenzuela y el Capitán Torrezno pero lo acabo de leer (hasta Plaza Elíptica) y no sé cuánto me durará el efecto de fascinación: también ahí hay mucha capa de cebolla o de significados. Lo puedes releer para encontrar cosas nuevas.
De hecho, no es incompatible que los daleks sean nazis o sean una rebelión de las máquinas, o sean esos moquillos que llevan dentro, o sea una metáfora de una pérdida de sentimientos en la era moderna (con el mito de que antes de las máquinas y de las grandes ciudades la gente era más comprensiva y todos se conocían por su nombre, ignorando que se llamaban por unos apodos de mal gusto y apedreaban al tonto del pueblo, mientras que ahora se ayuda la gente con problemas con servicios sociales o entre vecinos).
La jefa de Torchwood, la de "las toneladas imperiales"... es brutal. Es una jefa típica, de las que van de que ellas lo valen y machacan a todo quisque, a unos porque los ven inferiores y a otros para que lo sean y no tener competencia. Y es un personaje que aparece en uno o dos episodios seguidos y nunca más, pero que se queda ahí, como si pudiera salir más veces sin problemas (independentiemente de lo que le deparara el guión de esos episodios). En parte por la ropa, el maquillaje, etc... pero también por el guión y la propia actriz.
Está ahí. Lo ves y no lo ves. Te das cuenta y no... un filtro de percepción... esa gran idea que sirve para jugar a ser invisible en una peli en pleno siglo XXI. También las ideas múltiples están ahí, simplemente soltadas. Los maniquíes que atacan a los clientes. Los papanoeles peligrosos. Las más altas instituciones destruidas, o a punto de serlo, como la Monarquía y Buckhinham Palace, la Reina en pantunflas, pero que sigue siendo la Reina.
pablo escribió:combina siempre lo cutre con lo elevado, lo chabacano con lo fantasioso. Tienes a la choni de Rose con un extraterrestre poderoso. Surrealismo y fantasía mezclado con realismo crudo y cotidiano
Corto la cita aquí para decir: sí, señoría. Un poco de todo, y no pasa nada. No hablan engolados, que es algo que noto en series españolas cuando los personajes van de serios. No sé en el original. Hablan y ya está. Sucede un poco de todo porque hay un poco de todo. Y tiene que acabar bien... o no... porque es un cuento, y Rose se lo merece, o se lo merece el telespectador.
pablo escribió: Los actores no son los guaperas de Hollywood, tienen narices asimétricas, dientes torcidos, tienen arrugas, son gordos, etc.
Hay de todo. Ni siquiera son los más simpáticos. El Doctor, Rose, Martha Jones, el chaval que parece un fraguel, pueden caerte bien o mal, porque tienen su momento. Pero no me parecen planteados para que sean ni los mejores ni los más guapos ni los más simpáticos.
Cierto es que hay bastantes series estadounidenses desde hace años que tienen ese perfil. Tipo Mentes Criminales o varias otras, donde hay variedad de actores ejerciendo de variedad de individuos, no de modelos necesariamente perfectos.
A mí eso me sustituye con creces los efectos especiales o me permite abstraerme sobre si el planeta Tierra puede ser sacado de su órbita sin que fenezca todo ser vivo.
pablo escribió:Ahora mismo con Moffat y Matt Smith
Pues vale, que lo puedo ver, pero que no es lo mismo. Recuerdo que me lloverion críticas cuando dije: "ah, el advenedizo"... porque era gente muy buena: el de Parpadeo (Blink) o de El Niño Vacío (que ya era una historia vacía, y que la salva la aparición del capitán Harkness). ¿Russel T. Davies? Bah... bueno, pues que salen cosas pero que no parece que haya nada detrás. Hombre, yo lo puedo ver, pero noto a faltar los coches con una pegatina mezcla de ITV y Google-car y de coche-bomba de terrorismo islámico. Osea, esa parte socialmente arraigada que alguien en Europa puede hacerse suya porque habla del consumo y de las modas (un poco Superlópez, sí) y de valores arraigados o no, y de los conflictos que tienen.
De todos modos, mola ver el inicio de cada episodio, que se llama Doctor Who, pero que se nos presenta como lo que es: la vida de la chica que esperó, Amy Pond... osea, que el Doctor Who puede ser la serie de cualquier otro personaje y, a la vez, ser y no ser la serie del último señor del tiempo.
Y que cada vez que el Doctor dice el nombre y el apellido o alguna característica de alguien es como si lo incrustara en una especie de enciclopedia galáctica, com si dijera algo más... que no lo dice, pero lo parece. Eso es magia. "Aquí y hoy no muere nadie".