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Recopilación de textos públicados en la revista "Superlópez" a partir del número 41, en 1988
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Hubo un tiempo que leía sobre Parapsicología, paraciencias, espiritismo y demás paraísmos... Recuerdo una «aterradora» historia sobre un grupo de médiums que, reunidos, crearon un ser ectoplásmico monstruoso que destrozó la estancia donde se encontraban y tuvieron que salir por pies. ¿Qué es un ectoplasma...? Bueno, según los diccionarios más gordos, se trata de un fluido energético descubierto en 1850 por un tal doctor Von Schrenck-Notzing, emitido corrientemente por personas con propiedades mediúmnicas, que adopta formas originadas en el subconsciente de... mi suegra... Bah, cosas mías, no te fijes. De ahí procede la idea de los Petisos Carambanales, productos ectoplásmicos originados por la energía supermediúmnica de Superlópez... ¿A que suena bien...? Nada, cosas mías. El tema de los fenómenos paranormales hoy día está siendo ya un ídem comparable al de las revistas del «corazón», aunque en mucha menor escala, lástima. Esas revistas y libros están cada vez más ilustradas, no porque consigan fácilmente fotos del interior de los OVNI o del infierno con Satán comiéndose una pata de Salmar Rushdie, sino porque las películas de ciencia ficción les aportan gran cantidad de imágenes sugestivas, digestivas, terroríficas y tal... también se llega al caso de usar grabados de Gustave Doré, pinturas medievales, fotos de la NASA, etc... Y no faltan los Horóscopos, los anuncios de cartomantistas, curanderos, adivinadoras de mítico nombre, talismanes exóticos fabricados hoy en cantidades industriales... Asombra el convincente y científico lenguaje que se gastan para explicarnos con todo detalle lo que nos espera al dejar este valle de lágrimas, tal parece, digo yo, que se hubieran marcado un tour en autocar, con visitas programadas, por el Más Allá. Cosas. La Parapsicología y sus derivados forman parte de nuestra cultura como la Lola Flores y la Geografía y no hay que menospreciarla. También la Filatelia con sus vastas colecciones, investigaciones dilatadas, infinitas búsquedas es igual de subjetiva e interesante... ¡Cada loco a sus manías, digo yo ! La realidad puede inventarse. La imaginación es una herramienta excelente aplicada a la ciencia, es difícil crear, crear una ciencia (o paraciencia), o una religión. Habrá que admitir que tiene su mérito y envidio la imaginativa creatividad de ciertas personas que hacen su agosto con esas actividades dignas de mejor causa: historietas por ejemplo. Es fácil dejarse llevar, creer lo que se desea creer, razonarlo o racionalizado si se prefiere: yo puedo darte una patada porque me da la gana simplemente, y luego razonar por qué lo he hecho... Ahí interviene la imaginación, y es éste un trabajo que, mal que bien, hacemos con frecuencia porque tenemos amor propio. Uno de los más llamativos capítulos de la Parapsicología es el de las llamadas psicofonias... vamos, dejar una grabadora funcionando y encontrar después sonidos que se atribuyen a voces de espíritus o almas errantes... Estoy dispuesto a oír hablar, sin grabadora, a Jaime I, el Conquistador a pesar de ser sordo como un ladrillo, pues imaginación no me falta, digo yo...
Entrar
en un platillo volante u OVNI
tiene que ser algo parecido a entrar en un coche prototipo,
último modelo. Estoy seguro de que tendría las mismas
sensaciones de poder subir algún día a un Concorde, y,
por ello, si casualmente viera pasar, desde mi ventana, un objeto de
ésos, me causaría el mismo impacto que un nuevo modelo
de avión: ambos son producto del ingenio humano, y como no soy
aviador... Yo me entiendo y, como Sancho Panza, no digo más. La fábula que te ofrezco hoy, PETISOPERlAS, es un poco un elemental esquema de nuestra contradictoria manera de montarnos ese estrépito que llamamos civilización. Yo al menos lo veo así, a grandes rasgos. Bueno, muy grandes, que para pequeños rasgos ya me marcaré otras historietas... Yo a mis cosas. |
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